cirugía ocular

Pues sí, acabo de someterme a una cirugía «láser» PRK, y hoygan, aparte de dos días de dolor desgarrador, ha merecido la pena. Un pecado no haberlo hecho antes.

Estoy impaciente por poder volver a mirar el escote de las jóvenas con el mismo descaro de antaño.

Aquí, un fotomontaje de cómo habría sido operarme en la infancia con la tecnología de la época:

Me imagino al cirujano quitándome las vendas como en la escena del espejo de Batman, mientras dice algo así como:

– «Güeno, usté quería unos ojos nuevos, y éstos, aunque no sean como se lo esperaba, son ojos, ¿No? Para el postoperatorio, con untarse bien de Hemoal los primeros días, bastará. Ah, y si no le importa, los honorarios me los paga sin faztura, que el dinero negro está dabuten. »

la octava potencia

Según la Wikipedia, El esquema Ponzi es una operación fraudulenta de inversión, que implica el pago de prometedores o exagerados rendimientos (o utilidades). Esta estafa consiste en un proceso en el que las ganancias que obtienen los primeros inversionistas son generadas gracias al dinero aportado por los nuevos inversores que caen engañados por las promesas de obtener grandes beneficios. El sistema sólo funciona si crece la cantidad de nuevas víctimas. Es una forma sofisticada de pirámide económica.

esquema piramidal

Muchos han sido los exponentes de esta técnica, que por otra parte está terminantemente prohibida en muchos países. Ahora me vienen a la cabeza Gescartera, Fórum Filatélico, o el más reciente escándalo Madoff. Pero hay un caso, que aunque no se le pueda llamar estrictamente esquema Ponzi, tiene un curioso parecido con éstos: el modelo productivo español.

Construir viviendas a cascoporro, muchas más de las realmente necesarias, porque total, los compradores te las quitan de las manos.

Compradores que se hacen con un piso, dos, cien, o todos los que el banco les permita. Les da igual el precio que tengan, porque su finalidad es venderlos a un precio superior. Obteniendo unas ganancias escandalosas, sobre todo si se tiene en cuenta que no han añadido ningún valor al inmueble, que por otra parte, por pura lógica de mercado, es un producto que debería sufrir una depreciación con el paso del tiempo.

Y así, la pirámide crece, y las viviendas pasan de mano en mano, muchas de ellas sin ser moradas un solo día. Y el sistema funciona, y lo hace siempre y cuando las casas encuentren nuevos compradores en la base de la pirámide.

La economía española de los últimos años ha estado basada en un modelo de timo piramidal. No me extraña que ahora que ésta se ha derrumbado, no sepamos ni cómo salir de la ciénaga infecta en la que nos hemos sumergido.

coche ecológico

Si quieres contribuir a mejorar el medio ambiente pero no tienes pasta para comprarte un coche eléctrico, o eso del biodiesel no va contigo, o bien eres de los que piensan que los coches con sistema KERS son para inútiles que no saben conducir de una manera eficiente, siempre te queda una solución de baja tecnología para contribuir a contaminar un poquito menos con tu vehículo: planta algo en tu parachoques.

suplementos dominicales

Viajes, motor, moda y tendencias, economía, pasatiempos varios.

Ah, el periódico del domingo y los suplementos, un binomio inseparable. Capaces de satisfacer todos los gustos, de ahí que vengan insertados como revistas independientes e individuales.

Porque en mi familia, como supongo que en muchas, nos abalanzamos todos a la vez sobre el diario como una jauría de buitres hambrientos. Y con los benditos suplementos, se minimizan los parricidios, crímenes pasionales, discusiones blandiendo una navaja y demás incidentes. Y es que una casa llena de gente que se levanta de mal humor es un polvorín a punto de estallar.

Así, mientras alguien se atrinchera en el baño para cagar, se puede leer la crónica de sociedad, al mismo tiempo que otro, desayunando, envidia malsanamente los viajes que se pega el corresponsal de turno .

La única pega que tienen los suplementos es que van insertados en el centro del periódico, y rompen la numeración de éste. Normalmente no ocurre nada por eso, pero cuando viene una entrevista a Sarkozy en las dos páginas centrales, y la casualidad conspira con un texto y una foto de lo más apropiados, pasa que abres el periódico, y te encuentras con ésto:

Cuando en realidad el pobre maquetador quería decir ésto:

Actores camaleónicos

Me descojono de ellos. De los que son oficialmente conocidos por su camaleosidad, claro. O camaleosicionamiento. O como se diga.

Ya se ha convertido en una frase tan manida como la de que el Rey es campechano. Y Bardem es camaleónico. Sí, ya lo sé. Y John Malkovich también, qué novedad.

Pero es que el oficio de intérprete consiste en ser camaleónico.  Si un actor no tuviera la habilidad de despojarse de su personalidad para usurpar otra, no sería capaz de interpretar más que su propio biopic. Salvo raras excepciones como Hugh Grant, que siempre hace la misma película, y Richard Gere, que ya sea interpretando a un oficial del ejército rojo o a un alfarero del medievo, siempre lo hace de la misma manera.

Pero como en todo, el camalecionismo tiene sus grados. Y muchas veces la palma de la camaleoticidad no se la llevan los actores conocidos, sino los que no lo son tanto. ¿Quieren saber quién es el rey de la disciplina en mi opinión? Apunten este nombre:  Ted Levine. Si no les suena de nada, tal vez se acuerden de uno de sus últimos personajes, el capitán Leland Stottlemeyer, el bigotudo grandote de la serie Monk.

silent of the lambs

¿Qué? ¿No les suena de nada más que de la serie? ¿Seguro? Pues hizo otros personajes, como éste:

Nunca un mostacho dio tanto de sí.

F & V

Servidor se ha pasado a la BBC. No de forma oficial, pero sí en los ratos libres que le deja el trabajo que le da de comer.

Los que han seguido el proceso de edición saben para su desgracia -porque en los últimos meses no he sabido hablar de otra cosa- que ha sido largo, y en ocasiones agónico. Pero creo que al final ha quedado un vídeo de lo más resultón:

FICHA TÉCNICA:

Fecha: marzo de 2010.

Música: «Everybody’s gotta learn sometimes» de Beck.

Formato master: Avi DV. Resolución 720×576 píxeles.

Cámara: SONY HDR-SR11E

The KillerSpears

Todos nos parecemos a alguien. Y muchos a alguien famoso.  Tengo un amigo que es igual que Putin (aunque da menos miedito), otro que tiene un aire a Seinfeld, y otro que parece hijo ilegítimo de Anthony Lapaglia.

Suelo encontrar parecidos con cierta facilidad, tal vez porque soy un desastre recordando nombres, caras y situaciones. Mi memoria a veces es como la de un pez que se ha golpeado la cabeza innumerables veces contra la pared de la pecera hasta provocarse un politraumatismo craneal.

Cuando me recomendaron que escuchara a The Killers, lo hice, aunque no soy muy musiquero. Y me gustaron. Mucho.

En aquel momento la canción Mr. Brightside pegaba muy fuerte en radios y teles, y cuando vi el videoclip, no pude evitar notar que había algo muy familiar en el cantante. Sabía que me recordaba a alguien, pero tardé bastante tiempo en asociarlo. Cuando lo hice, probé a fusionar a las dos personas en el mismo vídeo para comprobar mi teoría:

El increíble ventrílocuo Don Francisco

Preparar un golpe de estado no es una cosa que haya que tomarse a la ligera. Uno se juega literalmente la cabeza, y para que éste tenga éxito, tiene que compensar su aparentemente inferioridad de condiciones con astucia.

Debe asegurarse primero de contar con los apoyos necesarios entre la población, ya que los ejércitos de un solo hombre raras veces tiene éxito; y el alistamiento -primero voluntario y si es necesario, por la fuerza- de la población civil, se hace indispensable para la victoria.

En el caso de una sublevación militar, necesita asegurarse el apoyo de cuantas unidades militares diseminadas por el país le sea posible, con el fin de abrir varios frentes de lucha. Muchas veces una desventaja inicial debida a la inferioridad numérica sólo puede compensarse desmembrando las defensas del enemigo a batir.

Pero cuando uno planea derrocar a un gobierno debe cuanto menos ser capaz de preveer que no será una empresa fácil. Se dispone a atacar a un gobierno legítimo arropado por la mayoría de la población,  que controla la mayor parte de las reservas de dinero, las fábricas, y además protegido por una parte del ejército que aún mantiene su juramento de lealtad.

Y una de las claves para poder sublevarse con un mínimo de garantías de éxito es asegurarse los suministros hasta ser capaz de producirlos autónomamente. Necesita aviones de combate, tanques, munición, uniformes, víveres; hasta picos y palas para enterrar a los muertos se antojan indispensables.

En este tipo de situaciones, para procurarse tales suministros, lo más recurrente suele ser pedir ayuda externa: a países que supone aliados con la causa, o que al menos estarían interesados en que ésta prosperase.

Ahora vean este vídeo y sitúenlo en su contexto histórico:

Franco pidiendo ayuda a un hombre que meses después pondría en jaque al mundo occidental. Solicitando apoyo al mismísimo Hitler -cuyo partido inventó la propaganda bélica moderna– con este mensaje pasivo-agresivo, cutre y casposo. Que el lenguaje audiovisual aún estuviera en pañales no es una excusa para esta muestra de analfabetismo en formato treintaicinco milímetros.

Y ganó la guerra. Este chapucero, este gañán que no sabía leer sin mover los labios tuvo de rodillas a un país durante cuarenta años.

Detalles como éste dicen mucho más acerca de lo que somos, que los mil tópicos que usamos para definirnos.