Un testigo de Jehová a su puerta

Todos los que de niños fuimos a un colegio religioso –en mi caso fueron tres, de tres congregaciones distintas– tenemos el recuerdo de los vídeos que nos proyectaban en las clases de religión.
A todos mis compañeros se les arruinaba la mañana cuando tocaba visionar uno de esas cintas, y aprovechaban para dormir o dar por culo. Yo los miraba extasiado, embadurnándome del surrealismo que contenían.
Me preguntaba quiénes serían sus guionistas y directores y qué les pasaba por la cabeza mientras realizaban el proyecto. ¿Eran auténticos fieles convencidos del poder adoctrinador de los medios, o en cambio sólo pasaban por ahí y para ellos no era más que otro encargo alimenticio más?

Todo ésto viene porque de casualidad he encontrado uno de estos vídeos, y me ha maravillado. De una facturación exquisita, no puedo dejar de destacar una genuína fotografía amarillo vhs, unos flashbacks desgarradores, y un doblaje al español latino digno de cualquier clásico de Disney.

Para los que nunca hayan visto un vídeo de éstos, les parecerá una versión aburrida de los documentales presentados por Troy McClure en los episodios de los Simpsons. Para los que se hayan tragado cientos, como yo, les devolverá a una época de sus vidas en las que fueron inmensamente felices, o por el contrario, no sabían ni de dónde les caían las hostias.

Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal

Ayer fui a verla al cine lleno de ilusión y con la mente abierta.

Vergonzosa. Indignante. Y no me refiero a que Indy esté ya viejete, eso es lo de menos. Es que un chimpancé tuerto y atiborrado de morfina habría sabido crear una trama más digna.

Estoy pensando seriamente en denunciar a Spielberg y Lucas por destrozar un mito de una manera tan sangrante. Les llevaré a los tribunales para que les obliguen a catalogarla como película apócrifa. Y que cambien el título por «Alabama Jones», por ejemplo.

Y si no lo consigo, intentaré borrarla de mis recuerdos. Haré un ejercicio de memoria selectiva, y cuando piense en la saga, sólo recordaré tres películas.

actualización (16 de octubre de 2008)

Parece que no soy el único que lo piensa, los creadores de South Park también dieron su educada opinión: